El hidrógeno verde (GH2) como medio para descarbonizar la industria está ahora bien arraigado en el discurso político. Alrededor de 45 países están elaborando o han publicado estrategias sobre el hidrógeno, y se han celebrado varios acuerdos entre países para establecer futuras rutas comerciales del hidrógeno. A pesar de estos esfuerzos, todavía estamos lejos de un mundo en el que el GH2 desempeñe un papel clave como fuente de energía, dado que la demanda de GH2 es reducida y la infraestructura para el GH2 se limita a las zonas industriales. Además, según la publicación Perspectivas de la transición energética mundial (World Energy Transitions Outlook, en inglés) de la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA), la capacidad mundial de electrolizadores asciende a apenas unos cientos de megavatios, lo que está muy por debajo del objetivo de 115 GW para 2030 para satisfacer las demandas de GH2 de todas las estrategias publicadas y anunciadas, y muy por debajo del objetivo de 5 TW para 2050.
Por un lado, la falta de una demanda clara de GH2 impide la inversión, mientras que los responsables políticos, por otro lado, pueden mostrarse cautelosos de apoyar una tecnología sin entender claramente el costo-beneficio y el modelo de negocio. Sin una demanda clara de GH2 ni una política pública, los inversores pueden considerar que los proyectos de GH2 son demasiado arriesgados. Es preciso resolver este bloqueo entre inversores, promotores, responsables políticos y compradores para poner en marcha los primeros proyectos de GH2 y promover el desarrollo de un sector sólido de GH2, apoyando al mismo tiempo objetivos socioeconómicos, como empleos dignos y un medio ambiente limpio.
La prevalencia de las rutas de exportación de GH2 en todo el mundo
Además de la actual falta de demanda, los elevados costos de producción del GH2 dificultan su aplicación industrial. Por ejemplo, aunque las industrias siderúrgica y química son grandes usuarios de hidrógeno, muchas empresas son reacias a cambiar al GH2. En las condiciones actuales del mercado, los productos ecológicos de precio más elevado compiten con las opciones grises de precio más bajo ya establecidas, sobre todo en los sectores de gran intensidad de capital con bajos márgenes de beneficio. Sin consumidores con conciencia medioambiental y sin políticas de mercado adecuadas, los fabricantes de productos verdes seguirán luchando por recuperar sus costos de producción y seguir siendo competitivos. Las políticas de mercado, como la regulación, la intermediación del conocimiento, el fomento de la innovación y la contratación pública, podrían facilitar la adopción de GH2, por ejemplo, reduciendo el precio de los bienes ecológicos y aumentando los costos de los convencionales. Las barreras técnicas y el riesgo de fuga de carbono agravan aún más el problema de la adopción del GH2.
Política industrial y de innovación para apoyar el GH2
Los factores impulsados por el mercado aún no favorecen una rápida transición hacia el GH2. Las políticas industriales y de innovación pueden abordar los fallos del mercado mediante una serie de intervenciones que podrían hacer viable la producción de GH2 en el contexto más amplio de la transformación estructural de un país. El GH2 forma parte del enfoque de la "política industrial verde", cuyo objetivo es alcanzar los objetivos de la sociedad, incluido el cambio hacia la fabricación con bajas emisiones de carbono y la eficiencia de los recursos1.
Se necesita una política industrial polifacética para facilitar el surgimiento de la GH2 como tecnología de vanguardia en un mundo fuertemente encerrado en las tecnologías basadas en los combustibles fósiles. Una política de este tipo ayudaría a reducir la brecha entre las exigencias del mercado, los requisitos de sostenibilidad/clima y el desarrollo de la tecnología del hidrógeno.
La política industrial debe promover la rápida adopción de la tecnología y la innovación en materia de GH2 e introducir una prohibición o una eliminación obligatoria de las tecnologías basadas en los combustibles fósiles (por ejemplo, SMR, altos hornos). La inclusión de determinadas tecnologías en una lista negra con un calendario coherente con el clima puede abrir un espacio para las soluciones de descarbonización. Alternativamente, una lista blanca de tecnologías de descarbonización podría lograr un resultado similar. La aplicación de cuotas vinculantes de GH2 en el sector industrial podría generar una demanda estable de GH2, reduciendo así el riesgo de absorción. Además, podrían introducirse medidas para garantizar que la producción de GH2 no tenga ningún impacto indirecto en la prolongación de la vida útil de las plantas de combustibles fósiles. También serán necesarias medidas para aumentar y garantizar un suministro suficiente de electricidad renovable para evitar la competencia entre la producción de GH2 y otros sectores de electrificación verde. La financiación pública para la investigación y desarrollo (I+D) para actividades de investigación fundamentales y los proyectos piloto y de demostración pueden ayudar a paliar el recelo, probar la viabilidad y respaldar el aprendizaje mediante la práctica. La ampliación de la adopción de las tecnologías GH2 requiere la puesta en marcha de programas de formación y actualización. Estas medidas fomentarán una nueva generación de expertos en tecnologías relacionadas con el hidrógeno y los programas educativos académicos correspondientes, por ejemplo, la ingeniería del hidrógeno.
En segundo lugar, hay que facilitar la financiación para la adopción de la tecnología de vanguardia del GH2. El panorama de los mecanismos de financiación de los proyectos verdes está evolucionando rápidamente y podría incluir subvenciones y préstamos para cada fase del desarrollo del proyecto, desde los estudios de viabilidad hasta la puesta en marcha; bonificaciones fiscales para promover la reducción de las emisiones de carbono mediante la disminución de la responsabilidad fiscal de las empresas si invierten en procesos neutros en cuanto a las emisiones de carbono. También podría ser por medio de contratos por diferencia para el carbono, que pueden apoyar una mayor estabilidad de los precios y reducir la diferencia de precios entre el GH2 y los precios de los combustibles fósiles, complementando así los ingresos de los regímenes de comercio de derechos de emisión (ETS, por sus siglas en inglés) o subastas bilaterales de GH2, que pueden regular el equilibrio entre la demanda y la oferta. También se necesitan mecanismos de financiación para internalizar las externalidades relacionadas con el cambio climático. Esto podría implicar un uso más estricto de los ETS o de la fijación de precios del carbono y la supresión de los derechos adquiridos, mientras que otras exenciones sectoriales de la fijación de precios del carbono/ETS pueden garantizar que las industrias que hacen un uso intensivo de la energía no queden al margen de las responsabilidades climáticas.
En tercer lugar, como ya se ha mencionado, la política industrial debe garantizar que haya una demanda suficiente y constante de GH2. Los instrumentos políticos para facilitar este objetivo incluyen la contratación pública sostenible, que serviría como motor inicial y estable de la demanda de bienes y materiales verdes; el uso de cuotas para materiales verdes, creando la base de un mercado de materiales verdes que actualmente aún no existe. Los grandes consumidores de materiales básicos (por ejemplo, los fabricantes de automóviles) tendrían que demostrar que compran una cantidad mínima predeterminada de materiales verdes. Este instrumento tendría que utilizarse junto con el etiquetado ecológico como mecanismo para transmitir información a los consumidores sobre los productos que cumplen las normas medioambientales y empujarlos a comprar productos de bajo impacto. Otro instrumento que tiene el potencial de cambiar el comportamiento de los consumidores y aumentar la demanda de GH2 son los instrumentos fiscales relacionados con los productos, por ejemplo, la diferenciación fiscal y las desgravaciones de capital.
En cuarto lugar, es indispensable la coordinación de las políticas nacionales e internacionales. Una política industrial que apoye el GH2 debe tener en cuenta las estrategias de descarbonización para garantizar que la adopción de políticas se adapte a las condiciones nacionales y locales, para señalar claramente los próximos cambios a las partes interesadas y para tener en cuenta su impacto más amplio. Deben acordarse reglamentos y normas entre los países para permitir el comercio de hidrógeno y determinar su calidad mínima. Para proteger a la industria local del riesgo de fuga de carbono e imponer el mismo precio del carbono a los productos importados, podría considerarse la aplicación de impuestos a la importación basados en el carbono, como el propuesto Mecanismo europeo de ajuste en frontera por emisiones de carbono.
Una oportunidad para el Sur Global
Los países del "Sur Global" con un alto potencial de hidrógeno de bajo costo están desarrollando sectores orientados a la exportación del hidrógeno. Esto implica el apoyo al desarrollo de infraestructuras adecuadas para producir y exportar hidrógeno. Por ejemplo, en Chile se han realizado licitaciones para apoyar el despliegue de los primeros 388 MW de GH2. La estrategia de GH2 de Colombia incluye medidas para apoyar tanto la capacidad de transporte de hidrógeno para satisfacer la demanda internacional prevista como las ambiciones de exportación de las empresas, al tiempo que promueve el papel del país como posible centro logístico en el Caribe.
Si se planifica cuidadosamente, el GH2 puede inducir un cambio geopolítico en la producción, el comercio y la seguridad energética en beneficio del Sur Global. Como ya se comentó en el artículo de presentación de esta serie sobre el GH2, los países del Sur Global pueden beneficiarse de las nuevas vías de industrialización que crearía un cambio hacia el GH2, generando así nuevos puestos de trabajo y beneficios adicionales. La deslocalización de la fabricación sería la más adecuada para productos industriales como el aluminio, el amoníaco, el hierro, el combustible para aviones y el metanol. Tres elementos pueden impulsar este fenómeno2: (i) la voluntad de los aglomerados industriales de deslocalizarse; (ii) el costo del transporte de los productos acabados o semiacabados en comparación con el transporte de la energía, y (iii) el costo de la energía.
La creación de nuevas instalaciones de producción en países ricos en energías renovables no implica necesariamente el cierre de plantas en otros lugares. Al contrario, la transición energética ofrece posibilidades de crecimiento en muchas industrias. Se necesitará más amoníaco para alimentar el transporte marítimo internacional y más acero, dado el crecimiento demográfico previsto y las nuevas necesidades de infraestructura del sector energético.
El transporte de productos verdes será más barato que el transporte de GH2. Las industrias que hacen un uso intensivo de la energía tienen la oportunidad de establecer nuevas instalaciones en países con excedentes renovables de bajo costo, exportando productos semiacabados (por ejemplo, hierro reducido) o bienes acabados (por ejemplo, automóviles); el coste de la energía puede ser un factor clave en su decisión.
El potencial de las energías renovables y la disponibilidad de tierras en el Sur Global crean una importante ventaja competitiva para que las regiones con excedentes de recursos renovables se conviertan en lugares de industrialización verde. Aunque el costo de las energías renovables está disminuyendo en todo el mundo, siguen existiendo importantes diferencias de costo entre países y regiones. Por lo tanto, las políticas del sector energético para reducir los riesgos políticos, normativos y financieros a los que pueden enfrentarse los promotores de las energías renovables son fundamentales para descarbonizar el sector energético local y atraer la industrialización verde.
Las políticas industriales de apoyo a la oferta y la demanda de GH2 están todavía en su fase inicial y se basan principalmente en las políticas que se utilizaron en su día para promover la adopción de energías renovables. Sin embargo, existen diferencias entre ambos casos y habrá que hacer ajustes a medida que se vaya aprendiendo. No obstante, esto no debería impedir que cualquier país establezca un sector de GH2 y comparta sus experiencias.
Descargo de responsabilidad: Las opiniones expresadas en este artículo son las de los autores, basadas en su experiencia y en investigaciones previas, y no reflejan necesariamente las opiniones de la ONUDI (leer más).