3dprinting
Ingeniero utilizando una máquina de impresión 3D. (Imagen: Envato)

¿Es la impresión 3D la última frontera del comercio internacional de bienes?

Los datos disponibles hasta la fecha indican que la impresión 3D podría complementar el comercio de bienes.

Por Andrea Andrenelli, Javier Lopez-Gonzalez

En la popular serie de televisión Star Trek, se utiliza un Replicador para producir prácticamente cualquier artículo que la tripulación pueda necesitar a partir de energía pura: ya sea comida, como el té Earl Grey, medicinas o piezas de repuesto. Cuando el reabastecimiento de las naves en galaxias lejanas no es una opción, los Replicadores pueden resolver una serie de limitaciones de suministro, sustituyendo el comercio de bienes entre galaxias.

Las impresoras 3D modernas son posiblemente las primeras versiones beta de los Replicadores de Star Trek. Estas permiten la generación de una serie de productos, que van desde el plástico y la cerámica hasta los materiales de metal, basándose en las instrucciones codificadas en un archivo de diseño digital. Dadas las similitudes, algunos podrían preguntarse si la impresión 3D tiene el potencial de sustituir el comercio internacional de bienes. Al fin y al cabo, ¿por qué las empresas elegirían costes de transporte y aranceles potencialmente elevados, y el riesgo de interrupción de la cadena de suministro, cuando podrían simplemente enviar archivos de diseño a otro país para la producción local?

Esta cuestión está en la mente de los responsables de la política comercial por una serie de razones, entre las que destaca, sobre todo para muchos países en desarrollo, la posible pérdida de derechos de importación (es decir, aranceles) que pueden constituir una importante fuente de ingresos públicos. Si la impresión 3D pone fin al comercio internacional de mercancías, o lo reduce considerablemente, la tecnología podría afectar entonces la capacidad de los gobiernos de recaudar ingresos fiscales.

¿Cuánto de esto es ciencia y cuánto es ficción?

Para responder a esta pregunta hay que pensar más en las diferencias entre las impresoras 3D y los Replicadores, en lugar de centrarse en sus similitudes. A diferencia de los replicadores ficticios, las impresoras 3D no producen artículos al instante. Tardan un tiempo considerable en imprimir y requieren una cuidadosa calibración previa y pasos posteriores a la producción, como el lijado, la imprimación, la pintura y el encolado (ver siguiente figura). A diferencia de los insumos de energía pura que utilizan los Replicadores, las impresoras 3D requieren además materiales físicos y no pueden "imprimir" cualquier tipo de producto, sino que están limitadas tanto por los insumos materiales como por el tamaño.

Mapa de procesos para la impresión 3D
Nota: Representación esquemática, los procesos pueden variar según la tecnología de impresión 3D empleada. Fuente: OCDE (2021).

El uso de las tecnologías de impresión 3D presenta diferentes ventajas en cuanto a costes con respecto a la fabricación tradicional. Por ejemplo, las técnicas de moldeo por inyección suelen caracterizarse por las economías de escala, es decir, el coste de cada unidad disminuye a medida que aumenta el número de unidades producidas. En cambio, los costes unitarios de la impresión 3D se mantienen relativamente constantes ("Fabricación aditiva" en la siguiente figura). Esto significa que, en función del número de unidades producidas, una tecnología tiene una ventaja de costes sobre otra (es probable que los Replicadores ficticios tengan una curva de costes unitarios aún más baja, e incluso plana, mostrando una ventaja absoluta de costes en relación con cualquier otra tecnología).

Menos unidades producidas de forma más rentable gracias a las tecnologías de impresión 3D

Menos unidades producidas de forma más rentable gracias a las tecnologías de impresión 3D
Nota: La figura muestra una aproximación de las curvas de costes hipotéticas de un bien concreto producido mediante tecnologías de fabricación aditiva y tecnologías más tradicionales, como el moldeo por inyección. La curva de fabricación tradicional con pendiente descendente refleja la presencia de economías de escala en las que cuantas más unidades se produzcan, menor será el coste unitario, lo que no es tan evidente en la fabricación aditiva. Véase en Costabile et al. (2016) una revisión de la literatura sobre modelos de costes de fabricación aditiva. La curva de coste unitario de los replicadores de Star Trek se basa en pura especulación. Fuente: OCDE (2021).

Dejando de lado los Replicadores, una revisión de la bibliografía sobre ingeniería sugiere que, aunque cada vez se pueden producir más bienes mediante la impresión 3D, la tecnología tiene actualmente una clara ventaja de costes cuando se trata de la producción a pequeña escala de artículos materialmente simples y geométricamente complejos. Además, con los elevados costes de mantenimiento y de personal, mantener impresoras 3D en varios lugares diferentes puede ser costoso. Esto implica que el comercio de archivos en lugar de mercancías no es necesariamente la opción menos costosa para las empresas, incluso en presencia de aranceles y costes de transporte.

¿Qué pruebas hay del impacto de la impresión 3D en el comercio físico?

Cuando se analizan los bienes producidos mediante la impresión 3D, como los aparatos ortopédicos (por ejemplo, implantes dentales, audífonos), piezas de aeronaves, medicamentos y algunas piezas de maquinaria, parece que el comercio internacional de estos productos ha crecido a un ritmo similar, o aún más rápido, que el comercio total de las dos últimas décadas (ver siguiente figura). Por ejemplo, el comercio de aparatos ortopédicos, que han experimentado una mayor producción gracias a la tecnología de impresión 3D, ha crecido casi dos veces más rápido que el comercio total desde 2007. Esto significa que existen pocos indicios de que la impresión 3D esté sustituyendo al comercio. Por el contrario, los datos disponibles hasta la fecha sugieren que en realidad podría ser complementario al comercio de biene.

Comercio de productos que se pueden imprimir in 3D

Nota: 2002=100.

Fuente: OCDE (2021)

En nuestro último informe de la OCDE estudiamos los vínculos entre las importaciones de impresoras 3D de los países y el comercio de bienes que se pueden imprimir en 3D, considerando factores adicionales que pueden influir en el comercio internacional de esos productos, como el producto interior bruto (PIB) per cápita, los gastos en investigación y desarrollo (I+D), la inversión extranjera directa (IED) y la apertura al comercio. Al medir las importaciones de impresoras 3D, encontramos que la adopción de tecnologías de impresión 3D es complementaria al comercio de bienes durante la década que presenció una mayor adopción de la impresión 3D (2010-2018). El bajo impacto ante un despliegue generalizado (ver figura debajo de las barras [1] (vacías) y [2]), así como el uso de una serie de comprobaciones para medir la solidez y pruebas de placebo, dan credibilidad a nuestras estimaciones.

En promedio, un aumento del 1% en las importaciones de impresoras 3D se asocia a un aumento del 0,022% en el valor de las exportaciones de productos que pueden ser impresos en 3D (barra [2]). Aunque este coeficiente pueda parecer pequeño, si se observa el promedio, este sugiere que un aumento de 14.000 dólares en las importaciones de impresoras 3D se asocia con un crecimiento de 3,3 millones de dólares en el valor agregado de las exportaciones de productos que se pueden imprimir en 3D (ver siguiente figura, barra [2]). Si se observan las diferencias entre los bienes de menor y mayor tecnología, el impacto parece ser mayor en el caso de artículos más complejos, como aparatos ortopédicos, piezas de aeronaves y máquinas y medicamentos, mientras que es relativamente menor en el caso de los artículos de tecnología baja, como las velas, las herramientas manuales o los cuchillos (barras [3] y [4]).

Exportaciones de productos imprimibles en 3D

Nota: Un aumento del 1% en las "importaciones de impresoras 3D" se asocia a un aumento de las exportaciones de bienes imprimibles en 3D igual a ...

Fuente: OCDE (2021).

Estos resultados son de relevancia para los países en desarrollo, especialmente en cuanto a las exportaciones de artículos de alta tecnología. Esto significa que las importaciones de impresoras 3D pueden contribuir a aumentar la competitividad de las empresas nacionales y, en consecuencia, la competitividad de las exportaciones de productos que pueden imprimirse en 3D.1

Conclusiones

Aunque sigue siendo importante ver las implicaciones a largo plazo de la impresión 3D para el comercio internacional de bienes, los datos disponibles sugieren que la tecnología sigue estando muy lejos de igualar a los Replicadores de Star Trek. En el aquí y ahora, más que sustituir el comercio, la impresión 3D parece contribuir a aumentar el comercio de bienes.

Las conclusiones de este informe son importantes para los debates en curso sobre la moratoria de la OMC de los derechos de aduana sobre las transmisiones electrónicas. De hecho, los datos sugieren que, hasta la fecha, no parece haber ninguna compensación entre la impresión 3D, y las transmisiones electrónicas provenientes, y el comercio regular de bienes, lo que significa que no existen razones de peso para preocuparse por las pérdidas de ingresos arancelarios como resultado de una mayor adopción de la tecnología de impresión 3D.

La tecnología parece también tener beneficios en forma de un mayor comercio de los bienes que pueden imprimirse en 3D, incluidas las exportaciones de tecnología alta de países en desarrollo (por ejemplo, aparatos ortopédicos, piezas de aeronaves, medicamentos). La tecnología también podría beneficiar a los consumidores, que podrán disponer de una mayor variedad de bienes a precios más competitivos, y a los empresarios, con menores obstáculos para el emprendimiento.

En general, esto significa que, a la hora de considerar el impacto de la impresión 3D en el comercio internacional de bienes, es importante separar la ciencia de la ficción, sobre todo si queremos vivir mucho tiempo y prosperar.

Las opiniones expresadas y los argumentos empleados son los de los autores y no representan las opiniones oficiales de la OCDE o de sus países miembros.

  • Andrea Andrenelli es Analista de Política Comercial en la Dirección de Comercio y Agricultura de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).  
  • Javier Lopez-Gonzalez es Economista Principal de la Dirección de Comercio y Agricultura de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), y dirige los trabajos sobre comercio digital.  

Descargo de responsabilidad: Las opiniones expresadas en este artículo son las de los autores, basadas en su experiencia y en investigaciones previas, y no reflejan necesariamente las opiniones de la ONUDI (leer más).

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