Perspectivas existentes sobre ciencia y tecnología novedosas
Una idea novedosa es aquella que deja obsoletos los conocimientos existentes, impulsando la ciencia y la tecnología en nuevas direcciones. Aunque el siglo XX fue testigo de una expansión sin precedentes del conocimiento científico y tecnológico, existe la preocupación que la actividad innovadora se esté desacelerando, con un descenso de la productividad de la investigación en semiconductores, productos farmacéuticos y otros campos. Los artículos, las patentes e incluso las solicitudes de financiación se han vuelto menos novedosas y menos propensas a conectar áreas dispares de conocimiento, ambos precursores de la innovación. La brecha entre el año del descubrimiento y la concesión del Premio Nobel ha aumentado también, lo que sugiere que las contribuciones actuales no están a la altura de las del pasado. Estas tendencias han atraído cada vez más la atención de los responsables políticos, ya que plantean importantes amenazas para el crecimiento económico, la salud y el bienestar humanos y la seguridad nacional, junto con los esfuerzos mundiales para combatir grandes retos como el cambio climático.
¿A qué se debe esta desaceleración?
Numerosas explicaciones han sido propuestas, por ejemplo, algunos consideran que la escasez de "fruta madura" es una razón, ya que las innovaciones que mejoran la productividad ya se han realizado. Otros hacen hincapié en la creciente carga de conocimientos; los científicos e inventores necesitan cada vez más formación para llegar a las fronteras de sus campos, lo que les deja menos tiempo para hacerlas avanzar. Además, el proceso de promoción para la titularidad y la competencia por la financiación de la investigación en el mundo académico pueden influir en el tipo de investigación que se incentiva a los científicos, favoreciendo en particular las actividades incrementales de menor riesgo. En general, aún queda mucho por saber, no sólo sobre las causas de la desaceleración de la actividad innovadora, sino también sobre la profundidad y amplitud del fenómeno.
El declive es difícil de conciliar con siglos de observación por parte de filósofos científicos según los cuales el conocimiento previo permite los descubrimientos futuros. Este punto de vista se refleja en la famosa observación de Newton que, si había visto más lejos, había sido por "subirse a hombros de gigantes". Además, las pruebas actuales de la desaceleración se basan en estudios de campos concretos, que utilizan métricas dispares y específicas de cada dominio, lo que dificulta saber si se está produciendo a ritmos similares o por razones parecidas en los distintos ámbitos de la ciencia y la tecnología. Esto también dificulta saber si los patrones agregados ocultan diferencias en el grado en que los trabajos individuales empujan la frontera..
Cuantificar el declive de la disrupción
Una forma de evaluar el carácter innovador de una idea es fijarse en los patrones de citación. Si una idea nueva se limita a consolidar el conocimiento existente, es probable que se cite junto a sus predecesoras. Sin embargo, si es novedosa, debería desplazar a sus predecesoras y hacerlas irrelevantes para futuros estudios. La evaluación de los artículos en función de los patrones de citación produce un índice de consolidación frente a novedad (índice CD). El índice CD5, que da tiempo a que los nuevos conocimientos se difundan y asimilen, mide la innovación dejando que transcurran cinco años desde la publicación.
Nuestra muestra consta de 25 millones de artículos publicados entre 1945 y 2010 en la Web of Science (WoS) y 3,9 millones de patentes entre 1976 y 2010 en la Oficina de Patentes y Marcas de los Estados Unidos, lo que engloba descubrimientos científicos y tecnológicos de los sectores público y privado, como instituciones académicas y empresas con fines de lucro. El análisis muestra que la ciencia y la tecnología son cada vez menos novedosas en todos los campos. Esto aplica tanto a los artículos (véase el gráfico anterior) como a las patentes (véase el gráfico siguiente). En el caso de los artículos, la disminución entre 1945 y 2010 oscila entre el 91,9% de las ciencias sociales y el 100% de las ciencias físicas; en el caso de las patentes, la disminución entre 1980 y 2010 oscila entre el 78,7% de los ordenadores y las comunicaciones y el 91,5% de los medicamentos y la medicina.
Tanto en el caso de los artículos como en el de las patentes, los índices de descenso son mayores en las primeras partes de la serie temporal y, en el caso de las patentes, parecen empezar a estabilizarse entre 2000 y 2005. En el caso de los artículos, el ritmo de descenso ha sido más moderado en Ciencias de la Vida y Biomedicina y en Ciencias Físicas desde 1980, pero en el mismo periodo se ha producido el descenso más drástico y persistente en Ciencias Sociales y Tecnología. En general, sin embargo, los artículos y patentes recientes contribuyen menos a impulsar la ciencia y la tecnología en nuevas direcciones que en épocas anteriores.
Además, estos resultados se reflejan en el lenguaje: mientras que los títulos de los documentos y patentes novedosos utilizan palabras que evocan la creación, el descubrimiento y la percepción (como "producir", "determinar" o "medir"), sus homólogos consolidadores tienden a utilizar un lenguaje más incremental (como "mejorar", "potenciar" o "aumentar"). Examinando más ampliamente el contenido de los artículos y las patentes, es más probable que las ideas innovadoras utilicen palabras nuevas o palabras existentes en combinaciones novedosas. Una vez más, el análisis de la diversidad de palabras corrobora la conclusión de que el carácter novedoso ha ido disminuyendo desde 1970 en el caso de los artículos y desde 1990 en el de las patentes.
Implicaciones políticas para la ciencia y la tecnología
El declive de la investigación innovadora subraya la preocupación por la desaceleración de la innovación y la productividad. Aunque aún no se conocen bien las razones subyacentes de este patrón, la magnitud del problema que revela este análisis debería servir de llamada a la acción. Por ejemplo, se puede animar a los académicos a que lean extensamente y se les debe dar tiempo para mantenerse al día de la rápida expansión de la frontera del conocimiento. Las universidades pueden olvidarse del enfoque en la cantidad y recompensar más la calidad de la investigación, quizá subvencionando más los años sabáticos y estableciendo disposiciones específicas para la colaboración interdisciplinar. Las agencias de financiación podrían invertir en becas individuales más arriesgadas y a más largo plazo que apoyen carreras y no simplemente proyectos específicos, dando a los académicos el tiempo necesario para explorar fuera de parámetros definidos, salvaguardándoles de la cultura de "publicar o perecer", y produciendo trabajos verdaderamente consecuentes. Comprender mejor el declive de la ciencia y la tecnología novedosas permite replantearse las estrategias para organizar la producción de ciencia y tecnología en el futuro.
Descargo de responsabilidad: Las opiniones expresadas en este artículo son las de los autores, basadas en su experiencia y en investigaciones previas, y no reflejan necesariamente las opiniones de la ONUDI (leer más).