La Cuarta Revolución Industrial (4RI) es un término acuñado en 2016 por Klaus Schwab, fundador y presidente ejecutivo del Foro Económico Mundial (FEM). Se caracteriza por la convergencia y complementariedad de los dominios tecnológicos emergentes, incluyendo la nanotecnología, la biotecnología, los nuevos materiales y las tecnologías de producción digital avanzada (PDA). Estas últimas incluyen la impresión 3D, las interfaces humano-máquina (IHM) y la inteligencia artificial, y ya están transformando el panorama industrial mundial.1 La incorporación de las tecnologías PDA a los procesos de producción industrial ha dado lugar al concepto de Industria 4.0, también conocido como Fábrica Inteligente, que aprende mientras trabaja, adaptando y optimizando continuamente sus propios procesos en consecuencia.
La Cuarta Revolución Industrial es más que un salto tecnológico
La Primera Revolución Industrial inició con la invención de la máquina de vapor en el siglo XVIII, la Segunda, en el siglo XIX, fue impulsada por la electrificación generalizada, y la Tercera, en la década de 1960, fue principalmente el producto de los avances informáticos. Aunque la 4RI también es producto de los avances tecnológicos, está marcada de manera singular por la difuminación de los límites entre los ámbitos biológico, físico y digital. Las máquinas "hablan" entre sí a través del internet de las cosas, los procesos responden a la inteligencia creada por algoritmos y los humanos entablan "conversaciones" en tiempo real con los procesos mecánicos a través de interfaces bidireccionales.
Lo que realmente distingue a las tecnologías de la Industria 4.0 es la novedosa forma en que el hardware, el software y la conectividad se reconfiguran e integran para alcanzar objetivos cada vez más ambiciosos, la recopilación y el análisis de enormes cantidades de datos, la interacción impecable entre máquinas inteligentes y la difuminación de los límites físicos y virtuales de la producción. Por ejemplo, los sensores podrían detectar acciones específicas o la duración de los procesos, o condiciones ambientales como la temperatura, lo que permitiría una autocorrección independiente de acuerdo con las percepciones de los "grandes datos" y la inteligencia artificial (IA). Estos datos también podrían alimentar el sistema en tiempo real para ajustar y optimizar las etapas posteriores del proceso de fabricación, minimizando el tiempo de inactividad y liberando recursos.
La difusión geográfica de las tecnologías PDA sigue siendo limitada
La 4RI todavía no tiene un alcance global. De hecho, la investigación de la ONUDI sugiere que solo cuatro economías punteras concentran más de tres cuartas partes (77%) de las patentes relacionadas con la PDA en todo el mundo.2 El comercio de bienes de capital relacionados con las tecnologías de PDA, como los robots y las impresoras 3D, muestra una distribución igualmente limitada. Está claro que hay un círculo virtuoso en juego: cuanto más industrias de uso intensivo de tecnología y tecnología digital (como la informática y la electrónica) existan en una economía, más rápida será la difusión de las tecnologías de PDA y mayor la acumulación de experiencia y conocimientos, lo que a su vez acelera el proceso de una mayor digitalización.3
Una encuesta a nivel empresa de una selección de países en desarrollo, recogida en el Informe sobre el Desarrollo Industrial 2020 de la ONUDI, apoya la tesis contraria de este patrón que se refuerza a sí mismo. En Argentina y Brasil, por ejemplo, solo el 3% y el 4% de las empresas, respectivamente, empleaban alguna tecnología digital avanzada, mientras que en Ghana, Tailandia y Vietnam, la mecanización no digital representa la gran mayoría de los procesos de fabricación.4 Estas economías tienden a caracterizarse por tener industrias menos intensivas en tecnología digital, como las de metales básicos, la producción de alimentos y textiles.
Sin embargo, la naturaleza globalizada de las cadenas de valor significa que la mayoría de las partes del mundo se verán afectadas por la 4RI tarde o temprano, directa o indirectamente, positiva o negativamente. Algunos observadores temen que presagie un desempleo generalizado a medida que los seres humanos sean sustituidos por la tecnología. Los más optimistas ven una oportunidad para que los países en desarrollo salten algunas etapas intermedias de la industrialización. En cualquier caso, se ha derramado mucha tinta (virtual) aconsejando a las industrias y economías sobre la mejor manera de prepararse. Pero la capacidad de beneficiarse de las 4RI dependerá de la disponibilidad (y asequibilidad) de las tecnologías de PDA, junto con el nivel y la combinación adecuados de habilidades y capacidades industriales. A menos que las economías en desarrollo sean capaces de cumplir estas dos condiciones simultáneamente, es probable que las economías que van a la cabeza las dejen atrás.
La 4RI tiene implicaciones en varios ámbitos económicos, sociales y medioambientales
Las implicaciones de la 4RI son matizadas y difíciles de desenredar. Por ejemplo, la automatización se ve a menudo como una oportunidad para reducir la brecha de género en el empleo, sin embargo, los estudios sugieren que esto depende de la disrupción de la brecha de género establecida desde hace tiempo en términos de, entre otras cosas, la educación STEM, el acceso digital y las responsabilidades familiares.5 También existe el potencial para que las tecnologías de PDA apoyen la sostenibilidad medioambiental mediante un uso más eficiente de la energía y los materiales, emitiendo así menos carbono y reduciendo la contaminación por partículas.6 Pero el alcance de este potencial es objeto de debate, y la materialización de esta promesa está aún por demostrarse.
El impacto de la 4RI en las cadenas globales de valor (CGV) es otra vía de investigación interesante. Por un lado, las innovaciones de la 4RI pueden mejorar la logística comercial y reducir los costos de las transacciones, haciendo más barato y fácil "deslocalizar" ciertos aspectos de la producción.7 Por otro lado, las tecnologías de PDA permiten aumentar la productividad y la utilización de la capacidad en el país, socavando las ventajas de la producción a gran escala que antes se asociaban a las CGV fragmentadas. Esto ya está provocando un pequeño pero creciente cambio hacia la "relocalización" de las tareas de producción.8
La 4RI representa un cambio de paradigma tecnológico con consecuencias inciertas en muchas esferas de la vida. Las oportunidades de aumentar la productividad, la sostenibilidad, la inclusión social y la prosperidad son convincentes, pero dependen de un ecosistema industrial propicio y de un régimen político que las apoye.
Este artículo se basa en el emblemático Informe sobre el Desarrollo Industrial (IDR) 2020 de la ONUDI.
Descargo de responsabilidad: Las opiniones expresadas en este artículo son las de los autores, basadas en su experiencia y en investigaciones previas, y no reflejan necesariamente las opiniones de la ONUDI (leer más).