Las empresas se enfrentan actualmente a niveles elevados de incertidumbre, especialmente en lo que respecta a sus operaciones internacionales. Las tensiones geopolíticas están aumentando, y la guerra comercial entre Estados Unidos y China puede estar solo en sus inicios. Los países de todo el mundo se apresuran a poner en marcha políticas para contrarrestar las consecuencias económicas de la pandemia de la COVID-19 y para asegurar el crecimiento en la era posterior a la COVID-19.
La globalización también está siendo cada vez más examinada, y el sentimiento proteccionista se ha extendido, incluso en países como Estados Unidos y el Reino Unido, que han defendido un enfoque de apertura a los mercados y se han beneficiado sustancialmente de la mayor conectividad del mundo.
Es probable que los cambios provocados por la COVID-19 tengan un impacto duradero que nos desafiará mucho más allá de la actual pandemia. Los datos recientes y la investigación en curso del autor sobre las mayores multinacionales del mundo sugieren que las cuatro tendencias siguientes serán de especial relevancia a la hora de formular expectativas sobre cómo podría evolucionar el panorama empresarial internacional tras la pandemia.
La COVID-19 tendrá un impacto desigual en los negocios internacionales
Según las últimas estimaciones del Fondo Monetario Internacional1, el PIB real mundial creció un 2,8% en 2019, se contrajo un 3,3% en 2020 como consecuencia de la pandemia de la COVID-19, y se espera que crezca un 6% en 2021. Estas cifras pueden sugerir erróneamente que podemos esperar que las operaciones internacionales de las empresas vuelvan a los niveles anteriores a la pandemia en 2022.
Un vistazo más detallado a los indicadores macroeconómicos revela que, si bien es cierto que el PIB mundial se recuperó con relativa rapidez a su nivel anterior a la pandemia, el panorama empresarial internacional cambiará significativamente. Sobre todo si comparamos los efectos de la pandemia en el comercio con el impacto que ha tenido en las inversiones reales que hacen las empresas para construir, comprar o reinvertir en operaciones en el extranjero. En lo que respecta al comercio, la OMC estima2 que el volumen del comercio mundial de mercancías aumentará un 8% en 2021 después de haber caído un 5,3% en 2020, un descenso mucho menor de lo previsto inicialmente. Por el contrario, si se observan los flujos mundiales de inversión extranjera directa (IED), los datos de la UNCTAD3 indican que los flujos de IED tardarán mucho más en recuperarse, como se ilustra en el gráfico siguiente.
Es probable que los mayores niveles de incertidumbre y las continuas presiones proteccionistas agraven aún más la dinámica descrita y limiten la recuperación de las inversiones internacionales de las empresas durante un período prolongado.
El comercio internacional de las empresas dependerá en gran medida del papel de China en el futuro
Los últimos 20 años han sido testigos del impresionante ascenso de China en el comercio mundial. Desde su inclusión en la OMC a principios de siglo, la cuota de China en las exportaciones mundiales ha aumentado de forma espectacular año tras año. Los datos de la UNCTAD 4 de 2020 confirman que China representó casi el 15% de las exportaciones mundiales, con Estados Unidos y Alemania representando aproximadamente el 8% cada uno, siendo los únicos otros dos países junto a China con una cuota en las exportaciones mundiales superior al 5% (véase el gráfico siguiente).
El papel actual de China como potencia exportadora implica que los cambios en su estatus y/o en sus prioridades económicas tendrán importantes efectos en el panorama empresarial internacional. A este respecto, hay que tener en cuenta dos factores. En primer lugar, China se está centrando cada vez más en su mercado interno como resultado de la creciente madurez de su economía y, a su vez, el consumo interno del país en los últimos años se ha convertido en una fuerza motriz. En segundo lugar, las recientes tensiones geopolíticas, especialmente las que afectan a Estados Unidos han llevado al gobierno chino5 a preparar su economía para un futuro en el que Estados Unidos ya no desempeñe un papel clave en la demanda mundial, por lo que el gobierno chino está invirtiendo aún más en reforzar su propia economía.
La creciente concentración de China en su propio mercado tendrá importantes implicaciones para las multinacionales que han estado importando bienes del gigante asiático y -en respuesta a las crecientes medidas proteccionistas también en su país- pronto podrían empezar a buscar productos nacionales o, al menos, alternativas situadas más cerca para abastecerse y establecer asociaciones económicas a largo plazo.
Aumentará la importancia de las fusiones y adquisiciones internacionales
Datos de la UNCTAD6 muestran que, ya antes de la pandemia, las fusiones y adquisiciones transfronterizas eran la forma dominante de IED en las economías desarrolladas: representaban aproximadamente el 42% de las entradas de IED en este grupo de países en 2019, mientras que las inversiones en nuevas instalaciones representaban el 34% y la financiación de proyectos internacionales el 24% restante. Aunque las fusiones y adquisiciones transfronterizas registraron una desaceleración en el primer semestre de 2020, pudieron recuperarse en gran medida en el segundo semestre. Esta tendencia también se refleja en los datos recogidos por PwC en relación con los volúmenes y valores de las operaciones de fusiones y adquisiciones mundiales de 2019 a 2021 (véase el gráfico siguiente).
Sin embargo, no se observa el mismo patrón para las inversiones en nuevas instalaciones. Dichas inversiones han sido especialmente relevantes para los países en desarrollo, ya que representaron más del 50% del total de las entradas de IED en este grupo de países en 2019, en comparación con las fusiones y adquisiciones transfronterizas, que solo representaron el 9%. A diferencia de las fusiones y adquisiciones transfronterizas, la tendencia negativa de las inversiones en nuevas instalaciones continuó a lo largo de 2020 (cayendo más del 40% en los países en desarrollo con respecto a 2019) y hasta bien entrado 2021.
Por un lado, la mayor sensibilidad de las inversiones en nuevas instalaciones a factores geopolíticos como el proteccionismo y el aumento de la responsabilidad regulatoria seguramente seguirá influyendo en los próximos años, en vista también del alto nivel de incertidumbre que rodea a los mercados internacionales. Por otro lado, se espera que la abundancia de capital en las economías avanzadas y el crecimiento de tipos alternativos de compradores dispuestos a invertir en los mercados internacionales -desde empresas de capital riesgo hasta nuevas sociedades de adquisición con fines especiales (SPAC, por sus siglas en inglés)- aceleren aún más la búsqueda de nuevas operaciones por parte de los inversores internacionales en todo el mundo, especialmente en las economías desarrolladas.
La tendencia a la regionalización se intensificará
El comercio intrarregional ya iba en aumento antes del estallido de la pandemia de COVID-19. La investigación en curso del autor7 sobre las mayores multinacionales del mundo incluidas en la lista Fortune Global 500 encuentra que estas empresas han mostrado una fuerte orientación hacia la región de origen durante la última década, ubicando aproximadamente el 70% de sus subsidiarias patrimoniales dentro de sus regiones de origen. Cabe señalar que este porcentaje aumenta hasta casi el 80% cuando se restringe la atención a las empresas de Fortune Global 500 cuya sede se encuentra en economías emergentes y en desarrollo.
En vista de las crecientes tensiones y de las mayores presiones de localización por parte de los gobiernos nacionales, podemos esperar una nueva escalada en la tendencia a la regionalización en un futuro próximo. Se espera que las empresas busquen más formas de beneficiarse de las diferencias entre países en su vecindad regional, como resultado también del mayor escrutinio de los grupos de interés en su propio país.
Descargo de responsabilidad: Las opiniones expresadas en este artículo son las de los autores, basadas en su experiencia y en investigaciones previas, y no reflejan necesariamente las opiniones de la ONUDI (leer más).