La economía circular (EC) redefine la economía en torno a los principios de la eliminación de los residuos y la contaminación manteniendo los productos y materiales en uso durante el mayor tiempo posible. Hasta la fecha se ha prestado especial atención al papel que desempeñan las empresas y los gobiernos nacionales en el impulso de esta transición, pero cada vez está más claro que ningún país (o empresa) puede hacerlo solo. Todos los países, en mayor o menor medida, dependen del comercio de bienes y materiales a través de cadenas de valor complejas e integradas a nivel mundial que no pueden producirse u obtenerse a nivel nacional. Las soluciones multilaterales y la cooperación internacional serán fundamentales para el éxito de la transición mundial.
Como facilitador de la economía circular, el comercio mundial facilita el acceso a las tecnologías y los servicios que los países (y las empresas) necesitan para emprender actividades circulares (reparación, refabricación o reciclaje) y aplicar modelos de negocios circulares. El comercio mundial facilita las economías de escala, que son esenciales para que las actividades circulares sean económicamente viables, y permite el flujo y la agregación de bienes de segunda mano, de los que están al final de su vida útil, así como materiales secundarios y residuos a los países que tienen la experiencia necesaria para procesar los residuos de manera eficiente. Es decir, el sistema de comercio mundial es crucial para hacer realidad una economía circular global.
A pesar de su papel decisivo en la transición a la economía circular, el sistema de comercio mundial ha evolucionado a favor de la economía lineal de extraer, hacer y deshechar, lo que ha dado lugar a bloqueos y desafíos que han dificultado especialmente el comercio circular. Por ejemplo, no existe una definición global estándar sobre lo que es un "bien o servicio circular", lo que hace casi imposible desarrollar normas comerciales y derechos de aduana compartidos. Además, el sistema comercial actual inhibe la transición circular porque es engorroso y anticuado, con poca transparencia en la cadena de suministro y una compleja burocracia en torno al comercio de bienes, materiales y servicios secundarios.
Esto tiene ramificaciones para los países menos adelantados (PMA). Los PMA suelen depender de las importaciones de bajo costo de bienes de segunda mano de alta calidad (como coches y productos electrónicos) para su reutilización en su mercado nacional. Según UN Comtrade, el porcentaje del comercio mundial de materias primas secundarias y bienes usados hacia África subsahariana entre 2000-2019 aumentó del 1% al 16%. El comercio de este tipo de bienes crea una importante ventaja competitiva para las actividades de economía circular que requieren mucha mano de obra, como el desmontaje de productos para reutilizar sus componentes y piezas, su reparación y reciclaje. Al igual que China se considera el centro de fabricación del mundo, las regiones de bajos ingresos podrían convertirse en los centros de reparación, refabricación y reciclaje del mundo.
Dadas las desigualdades a las que se enfrentan los países menos adelantados (PMA) en términos de participación en el comercio mundial y su urgente necesidad de desarrollo social y económico, la cuestión no debería ser necesariamente cómo rediseñar el sistema de comercio mundial para acelerar la circularidad, sino más bien cómo se puede rediseñar para acelerar una transición circular justa, que tenga como objetivo "reducir los residuos y estimular la innovación de los productos, contribuyendo al mismo tiempo positivamente al desarrollo humano sostenible".1
Tendencias tecnológicas que influyen en el comercio de la economía circular
El sistema de comercio mundial debe ser revisado para realizar una transición circular justa. Además de una revisión de las normas y reglamentos comerciales, debe aprovecharse una nueva generación de tecnologías. Hay tres tendencias tecnológicas específicas que van a influir en el papel del comercio en una transición circular justa, a saber: aumento de la transparencia de la cadena de suministro e información sobre el ciclo de vida de los productos; la fabricación y el abastecimiento de materiales localizados; y la mejora de la reparación de productos y la recuperación de materiales secundarios. Si se aprovechan adecuadamente, cada una de estas tendencias ofrece un importante potencial para reconfigurar el comercio mundial de acuerdo con los principios circulares.
El comercio y las tecnologías para mejorar la transparencia de la cadena de suministro
El desarrollo y la ampliación de las tecnologías de seguimiento digital y físico pueden ayudar a resolver los problemas de transparencia de la cadena de suministro al permitir la identificación y el seguimiento en tiempo real de los productos a lo largo de todo su ciclo de vida. Algunos ejemplos son las marcas de agua digitales, los pasaportes de productos habilitados por la visión informática, el Internet de las Cosas (IdC), las etiquetas de identificación por radiofrecuencia (RFID) y otros sensores avanzados. La identificación y el seguimiento de los productos se apoyan en el desarrollo de sistemas de almacenamiento y recuperación de datos a través de libros de contabilidad distribuidos en la cadena de bloques (blockchain), la computación en la nube y la 5G.
La procedencia de cualquier producto (y sus componentes) puede ahora rastrearse a lo largo de toda la cadena de suministro. De este modo, pueden superarse las actuales barreras al comercio en los flujos comerciales de materiales de la EC, ya que puede hacerse una clara diferenciación y clasificación entre los materiales secundarios para la reutilización, los bienes para la reparación y los materiales para el reciclaje. Esto también aumenta las barreras al vertido ilegal de residuos en los PMA. Además, abre la oportunidad de adoptar enfoques más equitativos en el comercio de recursos, como el arriendo de materias primas, por el que un PMA puede arrendar sus materias primas a los países desarrollados y seguir el flujo de estos materiales durante toda su vida útil.
A pesar de estas ventajas, existe el riesgo de que estas tecnologías queden limitadas al uso en los países avanzados (similar a la historia del acceso a Internet), que cuentan con los fondos, las estructuras institucionales y la base de conocimientos necesarios para desplegarlas. En consecuencia, la ventaja competitiva de los países desarrollados sobre los PMA aumentará, lo que agravará las desigualdades comerciales.
Tecnologías avanzadas de producción y fabricación de materiales de EC
La segunda tendencia observable es el desarrollo de procesos avanzados de producción y fabricación de materiales de la EC (incluida la ciencia de los materiales, el software de diseño de IA, la impresión en 3D y las biotecnologías industriales).
Estas tecnologías ofrecen a los PMA una serie de oportunidades. Los PMA suelen depender de las importaciones de bienes de segunda mano de alta calidad pero asequibles (como coches, electrodomésticos, equipos médicos y productos electrónicos) porque carecen de la base industrial nacional para producirlos. Uno de los problemas comunes a los que se enfrentan los PMA es que estos bienes de segunda mano importados suelen requerir una reparación o renovación inmediata o se quedan cada vez más obsoletos a medida que se agota el suministro de piezas de repuesto para mantenerlos. La combinación del uso de materiales disponibles a nivel local y la impresión 3D avanzada podría ayudar a crear una próspera industria local de reparación y refabricación, y reducir los costos de los PMA en la gestión de los residuos de los bienes importados obsoletos o defectuosos.
La demanda de ciertas materias primas (así como de bienes intermedios) exportadas desde los PMA también puede disminuir a medida que los países desarrollados recurran al abastecimiento de materiales locales. Además, el acceso limitado a estas tecnologías debido a las restricciones comerciales (aranceles a la exportación) o a las barreras no arancelarias, como el control estricto de la propiedad intelectual, puede impedir que los PMA aprovechen los beneficios que estas tecnologías podrían ofrecer.
Tecnologías de reparación y recuperación de materiales secundarios
La tercera tendencia es el desarrollo de tecnologías que faciliten las actividades de reparación, renovación, refabricación y reciclaje. Muchas tecnologías de desmontaje y reciclaje son prometedoras; por ejemplo, Apple ha desarrollado el robot Daisy, capaz de desmontar más de 200 iPhones por hora, cuyos componentes pueden reutilizarse, y los materiales reciclarse. Otros ejemplos son las tecnologías de reciclaje químico y enzimático para textiles y plásticos, las ondas ultrasónicas para el reciclaje de baterías de vehículos eléctricos o los equipos de visión por computador, que permiten una clasificación de alta precisión de materiales reciclados mezclados.
El comercio sin aranceles de estas tecnologías permitiría a los PMA reciclar los bienes al final de su vida útil de forma más eficiente y capturar materiales críticos para su uso en la industria nacional o para la exportación. Además, los avances en los sensores de control de estado en tiempo real y el IdC abren oportunidades para que los PMA exporten servicios especializados de control de estado a los países desarrollados. Esta tendencia ya se observa en los países desarrollados, que cada vez externalizan más servicios de asistencia complejos además de los más tradicionales, como los centros de llamadas.
¿Qué debe ocurrir para aprovechar la innovación tecnológica para una transición circular justa?
Si estas tendencias tecnológicas se utilizan para reforzar la estructura actual de poder de la economía mundial, podrían servir para fijar e incluso acelerar la brecha entre los que tienen y los que no tienen. Al igual que la creciente brecha digital, podríamos ser testigos de la aparición de una brecha de circularidad, en la que los países industrializados desarrollen y utilicen tecnologías avanzadas para obtener una ventaja competitiva en la resiliencia de la cadena de suministro, la productividad y la eficiencia comercial, mientras dejan atrás a los PMA, atrapados en una economía lineal ineficiente, poco competitiva y contaminante. Son necesarios esfuerzos concertados para garantizar la igualdad de condiciones.
Es necesario aumentar las inversiones específicas en la creación de capacidades en los PMA, tanto en términos de infraestructura como de habilidades. La financiación y el apoyo técnico para la construcción de infraestructuras son necesarios para facilitar el establecimiento de una economía circular nacional (plantas de reparación, refabricación y reciclaje y sistemas de recogida de residuos) y para fomentar el comercio circular (incluidos los puertos y los sistemas de comercio digital). Esto requiere una mayor colaboración multilateral para integrar los mecanismos de financiación para el desarrollo del comercio verde (un ejemplo es la iniciativa del G7 Build Back Better World), así como la integración de la circularidad en el programa de Ayuda para el Comercio (AfT por sus siglas en inglés).
Es necesario reactivar las negociaciones del Acuerdo sobre Bienes Ambientales (ABA) para adoptar una definición clara de los bienes y servicios medioambientales y garantizar un comercio libre de aranceles. Ello contribuiría a acelerar la transferencia e implementación de tecnologías de EC en los PMA. El ABA debe complementarse con una nueva redacción de los acuerdos bilaterales y plurilaterales de libre comercio (ALC) con los PMA para promover el comercio en estas tecnologías, centrándose especialmente en la reducción de las barreras a la propiedad intelectual y la transferencia de tecnología.
Descargo de responsabilidad: Las opiniones expresadas en este artículo son las de los autores, basadas en su experiencia y en investigaciones previas, y no reflejan necesariamente las opiniones de la ONUDI (leer más).