El conflicto armado en Ucrania no sólo tendrá repercusiones duraderas para los consumidores y la seguridad alimentaria, especialmente en los países más pobres, sino también en la industria alimentaria mundial. Los fabricantes de alimentos de todo el mundo enfrentan un aumento de los costos de producción debido al incremento de los precios tanto de los productos alimentarios como de la energía, al igual que por el aumento general de los costos de producción. Como consecuencia, tendrán que invertir en modificar la composición de sus productos alimentarios para seguir siendo competitivos. En particular, las pequeñas y medianas empresas (PYME) en países en desarrollo podrían enfrentar más dificultades para adaptar sus productos. Al mismo tiempo, se abren oportunidades para que las industrias alimentarias locales de los países en desarrollo modifiquen la composición de sus productos hacia alimentos con valores nutritivos más altos y con una producción más sostenible con mayor contenido local. Sin embargo, esto sólo puede lograrse con una inversión sustancial, apoyo público y ayuda por parte de la comunidad internacional.
Alteraciones en los mercados mundiales de alimentos
Muchos países dependen en gran medida de las importaciones directas de alimentos de Ucrania y la Federación Rusa. Países de África, Oriente Medio, Europa y Asia importan una parte importante de su trigo, cebada, maíz o aceites vegetales de estos dos países (véase la figura siguiente). En 2019, solo Ucrania representó el 23% y el 20% de las importaciones africanas de trigo y maíz, respectivamente; el 28% de las importaciones europeas de maíz; el 12,5% de las importaciones asiáticas de cereales, y el 55% de las importaciones de aceite de colza sin refinar en el Oriente Medio.
Los precios de los alimentos en todo el mundo van en aumento (véase la figura siguiente). La reducción de la oferta y el aumento de los costos de producción están dando un doble golpe a los precios de los alimentos, dada la dinámica de comercialización y sustitución en los mercados de las materias primas. El aumento de los precios de los alimentos surge en un momento en el que los costos de los alimentos y la energía se han disparado a nivel mundial debido a la pandemia de COVID-19, además que los costos de transporte, las interrupciones en la cadena de suministro, y la demanda de productos alimentarios están aumentando. El índice de precios de los alimentos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por su siglas en inglés) alcanzó un máximo histórico en marzo de 2022. Posteriormente, el índice descendió ligeramente, pero en mayo seguía estando un 23% por encima de su valor en el mes correspondiente del año pasado.1
Estos desafíos están agravando la dinámica adversa en los países menos desarrollados, cuyas economías ya enfrentan situaciones graves de endeudamiento como resultado de las medidas relacionadas con el COVID-19 y la inflación. En África se avecinaba una crisis de hambre incluso antes de que estallara el conflicto armado en Ucrania, y los países que dependen en gran medida de las importaciones de cereales, como Egipto, Etiopía, Somalia y Sudán, se verán gravemente afectados, mientras que muchos países más pobres se verán sometidos a un choque negativo en la relación de intercambio. Los efectos de la exacerbación de la inflación de los precios de los alimentos afectarán especialmente a los grupos vulnerables, como las mujeres y los niños.
La industria de la alimentación y las bebidas contribuye en gran medida al valor añadido y al empleo, especialmente en los países en desarrollo de renta baja (véase la figura siguiente) y tiene el mayor potencial entre las industrias de baja tecnología para fomentar el crecimiento sostenido, incluso a medida que aumentan los niveles de ingresos2. El incremento actual de los precios de los productos alimentarios y de la energía provocarán un aumento más amplio de los precios en toda la industria alimentaria, lo que a su vez tiene el potencial de socavar la incipiente industria de la alimentación y las bebidas, especialmente en los países menos adelantados (PMA).
Perspectivas para la industria alimentaria mundial
En todo el mundo ya se han adoptado múltiples medidas políticas para enfrentar la escasez de productos básicos y al aumento de los precios de los alimentos, como las medidas para incrementar el autoabastecimiento, las subvenciones a la producción, así como las prohibiciones de exportación y las opciones fijas de importación de los socios comerciales. Estas medidas de protección tienen el potencial de intensificar aún más la inseguridad alimentaria, al igual que los esfuerzos para aumentar la producción de biocombustibles.
Las medidas que mejorarían la situación de los mercados alimentarios incluyen la provisión de incentivos (además del efecto de los precios) a los productores de cereales y oleaginosas. El enfoque de la seguridad alimentaria y energética debe ser redefinido de forma integral, considerando la reconfiguración de los sistemas alimentarios para que sean más resistentes mediante la diversificación de las importaciones de alimentos, el establecimiento de rutas de suministro seguras con los países socios, así como la ampliación y diversificación del contenido local en los alimentos.
Los sectores de la industria alimentaria que procesan cereales y oleaginosas serán los más afectados por las consecuencias del conflicto armado en Ucrania, pero el aumento de los precios repercutirá en toda la industria alimentaria. De hecho, los fabricantes de alimentos han visto afectada su producción por la alta escasez de suministros de todo tipo de productos alimentarios, así como por el aumento de los costos de la energía.
Debido a la disminución del poder adquisitivo de los consumidores, habrá una mayor demanda de alimentos más baratos y una menor demanda de alimentos caros, saludables y producidos de forma sostenible.
La industria alimentaria -al menos en parte- responderá a la cambiante demanda de alimentos más baratos y abordará el aumento de los precios de los productos básicos y de los costos de producción mediante la sustitución de insumos, al igual que con la modificación del contenido de los ingredientes de los productos alimentarios3. FAO4 Las simulaciones indican que los déficits derivados de la disminución de las exportaciones de cereales y semillas de girasol procedentes de Ucrania y Rusia podrían compensarse parcialmente con fuentes alternativas durante la temporada de comercialización 2022/23. Sin embargo, esto no hará que precios disminuyan, sino que cambiará ciertos patrones de consumo y el valor nutricional de los alimentos.
Lo más probable es que la industria alimentaria mundial más avanzada desarrolle y pruebe nuevas recetas y aplique nuevas fórmulas para los productos alimentarios que permitan un uso más óptimo de ingredientes (productos alimentarios básicos) alternativos (más baratos).
¿Podrán las industrias alimentarias de los países menos desarrollados competir en la carrera de los productos y la innovación? Las PYME del sector de la alimentación y las bebidas podrían perder la oportunidad, sobre todo por la escasa inversión en el desarrollo de productos, en I+D y en la innovación en este sector. Mientras tanto, los actores globales (incluidas sus sucursales locales en los países en desarrollo) van a beneficiarse de sus capacidades financieras y técnicas. Si no se aprovechan las oportunidades de reorientación de las industrias alimentarias de los países en desarrollo, los actores de la industria alimentaria mundial pueden ampliar su influencia sobre las "todavía limitadas" capacidades de procesamiento de alimentos de los países menos desarrollados.
Los elevados precios actuales de los productos básicos de cereales y oleaginosas ofrecen una oportunidad única para invertir en el aumento de la productividad de la producción de cultivos y su utilización en las dietas alimentarias locales. Esto tendría efectos positivos en la seguridad alimentaria y nutrición, reduciría la pérdida de biodiversidad, mejoraría la sostenibilidad de las prácticas agrícolas, y mejoraría los ingresos y el empleo de las comunidades rurales y vulnerables.
Consideraciones políticas para apoyar las industrias alimentarias locales
Aunque a corto plazo las medidas gubernamentales tendrán como objetivo proteger a los consumidores, a medio y largo plazo, el apoyo gubernamental deberá centrarse en reorientar la producción de acuerdo con la política de seguridad alimentaria del país. Esto implica una reorientación de la producción para que sea menos dependiente de los mercados internacionales y más resistente a las perturbaciones del mercado, garantizando así un mayor contenido local. Los países en desarrollo pueden considerar las siguientes medidas, las cuales pueden ser objeto de asistencia financiera y técnica internacional por parte de las Naciones Unidas, incluida la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI).
Sensibilización de los consumidores y las industrias sobre el incremento de precios esperado, así como sobre la necesidad de enfocarse más en el abastecimiento local de alimentos con altos valores nutricionales.
Los donantes y los gobiernos pueden apoyar a las industrias de los países menos desarrollados para que diversifiquen y sustituyan los suministros y desarrollen fórmulas ajustadas para los productos alimentarios. Este apoyo puede incluir subvenciones, préstamos y exenciones fiscales para el desarrollo de productos y la innovación, pero debe incluir mecanismos que garanticen los valores nutricionales en los productos alimentarios promocionados.
Las industrias alimentarias pueden recibir apoyo para aumentar el contenido local de los productos. Este apoyo puede incluir reducciones fiscales para los alimentos primarios producidos localmente y el desarrollo de modelos empresariales financiables. El desarrollo específico de la cadena de valor y la I+D deberían formar parte de dicho apoyo.
La industria alimentaria también se beneficiaría de la formalización del mercado de los alimentos primarios producidos localmente. En este sentido, es importante establecer bolsas de productos básicos locales, introducir sistemas de clasificación, desarrollar normas, establecer sistemas de control de calidad y garantizar la transparencia del mercado y el pago anticipado a los agricultores.
El desarrollo de marcos de gestión de la cadena de suministro sostenible ayudará a los procesadores de alimentos y a los consumidores a reorientarse hacia los alimentos que se producen de forma más sostenible a lo largo de los diferentes niveles de la cadena de valor. Los criterios de sostenibilidad no sólo deben incluir los derechos laborales, las emisiones de carbono y otros efectos adversos, sino, en particular, la resiliencia y el contenido local.
El desarrollo de redes de proveedores (agricultores) puede garantizar el apoyo adecuado y la prefinanciación de la producción de productos alimentarios locales. Lps productores deberían recibir apoyo -también mediante el uso de servicios eficaces de asesoramiento agrícola- para aplicar modelos de producción sostenibles, y tener acceso a los insumos y conocimientos técnicos necesarios. El desarrollo de esquemas de almacenamiento y logística post-cosecha garantizaría el transporte efectivo desde la producción hasta los fabricantes y mercados de alimentos.
Este artículo se ha beneficiado de las aportaciones de Charles Arthur, Michele Clara Tsung Ping Chung, Jacek Cukwroski, Hiroshi Kuniyoshi, Solomiya Omelyan, Niki Rodousakis, Dejene Tezera y Natascha Weisert.
Descargo de responsabilidad: Las opiniones expresadas en este artículo son las de los autores, basadas en su experiencia y en investigaciones previas, y no reflejan necesariamente las opiniones de la ONUDI (leer más).