Aerial view of industrial buildings, highway and small town Nova Bana in Slovakia surrounded by green nature.
Vista aérea de edificios industriales en Nova Bana, Eslovaquia. (Imagen:halfpoint vía Envato)

Hacer que las economías sean más sostenibles: ¿qué papel tienen los centros industriales?

Los países en desarrollo pueden utilizar las políticas espaciales para reducir su huella ecológica y, al mismo tiempo, aumentar su competitividad.

Por Kasper Vrolijk, Tilman Altenburg

La mayoría de los países se enfrentan a enormes retos medioambientales, desde el calentamiento global y la sobreexplotación de los recursos hídricos y el suelo fértil, hasta la contaminación atmosférica. La degradación del medio ambiente se ha convertido en un problema mundial, y la mayoría de los países han demostrado su compromiso con objetivos climáticos ambiciosos y políticas de adaptación al cambio climático al adherirse al Acuerdo de París y al comprometerse a cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Estas políticas pueden tener repercusiones económicas a gran escala, como el cambio de la industria hacia fuentes de energía renovables, la aplicación de prácticas agrícolas innovadoras y la reutilización y el reciclaje de materiales. Muchos de estos cambios ya se están observando empíricamente: las inversiones en energías renovables están superando las inversiones en infraestructuras no renovables1 y los productos de plástico se prohíben cada vez más o están fuertemente gravados2.

En este contexto, ¿cómo pueden los países en desarrollo reducir su huella ecológica y, al mismo tiempo, beneficiarse de las políticas climáticas? En un artículo reciente3 examinamos hasta qué punto las políticas espaciales pueden ser útiles para abordar los retos medioambientales y, al mismo tiempo, ofrecer oportunidades de transformación estructural y competitividad. Se identifican tres tipos de aglomeraciones: 1) ciudades verdes; 2) clusters verdes, y 3) parques ecoindustriales.

Construir ciudades verdes para reducir su huella ambiental

Las empresas y las personas tienden a agruparse en aglomeraciones por una buena razón: la oferta y la demanda localizadas de mano de obra, bienes y servicios; y la circulación intensificada de conocimientos e ideas. Además, las ciudades también se caracterizan por una mayor eficiencia en el transporte, un consumo de energía residencial comparativamente menor y menos emisiones de GEI debido a la densidad entre individuos y entre empresas.

Debido a la creciente urbanización y al hecho de que las zonas urbanas representan el 75% de las emisiones de GEI4, las ciudades deben ser más sostenibles. Hacerlas más sostenibles también conlleva beneficios económicos colaterales, ya que los costos relacionados con la congestión y la contaminación disminuyen. Por ejemplo, se calcula que la congestión, la contaminación atmosférica y el cambio climático en Pekín cuestan entre el 7,5% y el 15% del PIB de la ciudad.5

Población y huella de carbono en zonas urbanas

Un beneficio especialmente importante de la ecologización de las ciudades es la mejora de las condiciones de vida. En Kigali, se calcula que una inversión única de 10 dólares estadounidenses para una estufa de cocina mejorada redujo el 90% de la contaminación atmosférica, 1,6 toneladas de CO2 y 181 dólares en costos de combustible durante un periodo de cuatro años.6

Hay muchas oportunidades para hacer que las ciudades de los países en desarrollo sean más sostenibles y eficientes. Por ejemplo, en Bombay los paneles solares podrían satisfacer entre el 20% y el 31% de la demanda diaria de electricidad,7 mientras que en China, las bombas de calor geotérmicas podrían reducir el consumo energético de los edificios públicos entre un 25% y un 30%.8. El despliegue de estas innovaciones ecológicas en las ciudades implica menores costos por hogar que en las zonas rurales.

Las ciudades de los países en desarrollo tienen una oportunidad única para incorporar principios "verdes"; gran parte de las infraestructuras urbanas de los países en desarrollo apenas se están construyendo. Muchas partes de Asia y África aún no se han urbanizado del todo; por ejemplo, solo el 40% de la población de África subsahariana reside en zonas urbanas, frente al 80% de América Latina.9 Es mucho más fácil y menos costoso diseñar una nueva ciudad sostenible que intentar adaptar una ya existente.

Aunque las ciudades verdes proporcionan muchos beneficios, no son automáticamente exitosas. Los datos existentes apuntan a una contradicción: los grandes y ambiciosos proyectos de ciudades verdes, como el proyecto "The Line" de Arabia Saudí, Masdar City en los Emiratos Árabes Unidos, y Dangton en China pueden tener un gran impacto en términos de reducción de la huella ambiental, pero el diseño top-down de las ciudades ha dado lugar a problemas relacionados con la aceptación social y la implementación técnica; por otro lado, las mejoras incrementales de las ciudades existentes, ejemplificadas por Vauban Freiberg (Alemania) y Hammarby Sjöstad (Suecia), son más fáciles de implementar con el apoyo de los ciudadanos locales, pero es menos probable que logren una descarbonización radical y un ahorro de recursos. El reto consiste, pues, en combinar una reingeniería urbana ambiciosa con la participación de los ciudadanos y la aceptación de la sociedad.

Creación de vínculos en los clusters verdes

Las industrias verdes han surgido a menudo en lugares caracterizados por una gran demanda y una amplia disponibilidad de recursos y/o capacidades. En Alemania, por ejemplo, que es uno de los países más avanzados en materia de aglomeraciones medioambientales, han surgido varios clusters de energías renovables caracterizados por diferentes dinámicas: la ciudad de Friburgo evolucionó como un punto de encuentro de nuevas empresas solares innovadoras en la década de 1970, lo que posteriormente llevó a la fundación de un centro de investigación de renombre mundial, el Instituto Fraunhofer de Sistemas de Energía Solar (ISE, por sus siglas en alemán). Solar Valley Mitteldeutschland se convirtió en un centro de fabricación basado en las subvenciones del gobierno para impulsar las inversiones en nuevas instalaciones. Por último, a lo largo de la costa del Mar del Norte, surgió un cluster de tecnología eólica, que produce equipos pesados y ofrece una variedad de tecnologías y servicios a los parques eólicos marinos situados en las cercanías. El éxito de todas estas agrupaciones dependía de los esfuerzos de colaboración localizados entre empresas altamente especializadas.

industrial park, Bellevue, Washington, United States
Parque industrial en Bellevue, Washington, EE.UU. (Imagen: Mint_Images via Envato)

En los países en desarrollo se han aplicado políticas de cluster con un celo similar. En Marruecos, el gobierno previó la creación de clusteres solares para convertir el muy favorable potencial de irradiación solar del país en una fuente de desarrollo industrial. En apoyo de esta política, el gobierno creó en 2010 la Agencia Marroquí para la Energía Solar (MASEN, por sus siglas en inglés), entre otras cosas, para idear proyectos solares integrados, realizar estudios técnicos y promover la entrada de inversiones extranjeras. Sin embargo, hasta ahora este proyecto no se ha materializado del todo debido a la falta de capacidades tecnológicas. Además, el nivel de especialización complementaria y de cooperación entre empresas sigue siendo bajo. Las inversiones en energías renovables a gran escala están dominadas por los inversores extranjeros, mientras que la participación de las empresas locales se ha limitado en gran medida a las obras públicas y al mantenimiento.10 Sin embargo, esta situación puede cambiar en el futuro, a medida que se desarrolle un número creciente de proyectos de energías renovables, y que aumenten las capacidades locales de ingeniería y la demanda de industrias de hidrógeno verde asociadas a las inversiones en energías renovables. Marruecos ha creado con éxito agrupaciones industriales en el sector de la automoción y la aeronáutica; el reto ahora es aplicar las experiencias acumuladas a las industrias de energías renovables. 

Parques ecoindustriales como medio para fomentar las industrias sostenibles

Otra opción es que los gobiernos desarrollen parques industriales para fomentar la cooperación y la competencia, y mejorar la innovación y la productividad de las empresas. Los gobiernos suelen atraer a las empresas a los parques que cuentan con una infraestructura ya preparada, con reglamentos e incentivos localizados o con servicios auxiliares, como el suministro de energía y la vivienda. Los parques ecológicos, que se diferencian de los parques industriales normales, ofrecen servicios adicionales a las empresas para reducir su huella ecológica y, al mismo tiempo, frenar sus costos de producción.

Hay diferentes tipos de parques industriales ecológicos: un servicio bastante estándar que ofrecen estos parques industriales son las instalaciones comunes para tratar los efluentes, reducir los residuos y compartir la energía renovable. Por ejemplo, en Etiopía el Parque Industrial de Hawassa, fue construido por la Corporación de Ingeniería Civil de China (CCECC, por sus siglas en inglés) en 2016, reuniendo a 18 empresas extranjeras y cinco nacionales, para construir una planta de tratamiento de efluentes común de “descarga líquida cero”.11Se pueden diseñar parques industriales mucho más ambiciosos estableciendo un sistema industrial de bucle cerrado en el que los productos de una línea de producción se utilizan como insumos en otros procesos industriales ("simbiosis industrial"12). China ha sido especialmente exitosa en el desarrollo de este tipo de parques ecológicos, demostrando que la huella medioambiental puede reducirse al tiempo que la productividad aumenta.13 Por ejemplo, uno de sus parques industriales de metales pesados logró una tasa de reutilización del agua del 97% gracias a la simbiosis industrial.14 Un estudio en el que participaron 34 parques ecológicos chinos descubrió que su rendimiento ecológico aumentó gracias a la simbiosis industrial en casi un 90% entre 2007 y 2010, mientras que su valor añadido industrial creció en más de un 60%.15

Las políticas espaciales pueden reconciliar la sostenibilidad con la competitividad

Los países en desarrollo tienen una oportunidad única de utilizar las políticas espaciales para reducir su huella ecológica y, al mismo tiempo, aumentar su competitividad. En concreto, la incorporación de incentivos y tecnologías ecológicas en las nuevas ciudades, clusters y parques, en lugar de su adaptación a posteriori, presenta claras ventajas de costos.

Identificamos tres enfoques espaciales ventajosos: ciudades verdes, clusters verdes y parques ecoindustriales. El enfoque espacial más provechoso es el que se centra en las ciudades verdes y en el cambio de incentivos y la introducción de tecnologías medioambientales en diversos segmentos de forma sincronizada (por ejemplo, en energía, vivienda y transporte). Este enfoque puede aportar numerosos beneficios complementarios en las dimensiones económica, ecológica y social.

  • Kasper Vrolijk is Researcher at the German Development Institute. 
  • Tilman Altenburg es director del Departamento de Transformación de Sistemas Económicos y Sociales del Instituto Alemán de Desarrollo.

Descargo de responsabilidad: Las opiniones expresadas en este artículo son las de los autores, basadas en su experiencia y en investigaciones previas, y no reflejan necesariamente las opiniones de la ONUDI (leer más).

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